Las Estrategias de Lectura, como su nombre lo dice, son varias actividades que realizamos mientras leemos y nos ayudan a comprender lo leído para poder obtener la información que buscamos y/o disfrutar de la lectura. Entonces, quien aplica las estrategias de lectura es quien lee para sí mismo, pero nos corresponde propiciar que nuestros hijos-alumnos las desarrollen.
Hay muchas estrategias de lectura, pero nos enfocaremos en las Estrategias Básicas de Lectura, explicando cómo aplicarlas cuando leemos para, y con los niños, para que se apoderen de ellas y, cuando les corresponda leer, las utilicen con naturalidad.


Es cuando tomamos partes de la información que tenemos (palabras, imágenes o ideas) que funcionan para lograr la comprensión de las demás partes. Esta estrategia está muy relacionada con la predicción e inferencia pero no se limita a ellas.
Las mejores muestras que podemos tomar son el título y los subtítulos. Ellas nos pueden indicar, en gran medida, si la información que buscamos estará en ese párrafo o texto. En caso de no haber comprendido la información, son estas muestras las que nos podrán “centrar” en el tema.
Algunas formas de promover la adquisición de esta estrategia son:
  • Decirles el título del libro a leer y promover que los niños inventen una historia a partir de él.
  • Leerles un texto y pedir que le pongan título.
  • Leerles frases o textos que sólo contengan sustantivos y verbos y dejar que ellos complementen, con palabras de su elección, sin perder el sentido.
  • Al aparecer una palabra desconocida por ellos, pedirles que traten de definirla considerando lo demás que hay escrito en torno a esa palabra.
  • Saltarse partes del texto y hacer preguntas para llenar la información que falta.
  • Leerles noticias y rescatar los datos principales.



Simplemente es suponer y decir lo que sucederá después, para esto, al leer nos apoyamos en el conocimiento previo que tenemos del mundo. Esta estrategia nos permite “saber” el final de una historia, la lógica de una explicación, la continuación de una carta, etcétera, antes de conocerlos.
Cuando leemos predecimos naturalmente por tres razones: porque siempre estamos más interesados en lo que pasará que en lo que esta pasando, porque hay varias formas de interpretar la información que estamos recibiendo, y porque predecir nos permite escoger una opción entre varias posibles.
Cuando leemos para niños debemos:
  • Hacerles preguntas para averiguar qué conocimientos previos tiene del tema.
  • Preguntarles acerca de experiencias relacionadas con lo que se les está leyendo.
  • Hacerles preguntas de lo que creen que pasará y pedirles que lo justifiquen.
  • Pedirles que describan a los personajes o los lugares (sin haber visto imágenes).
  • Hacer pausas antes de terminar la frase que estamos leyendo para que ellos la terminen.
  • Mostrarles secuencias de imágenes y pedirles que las ordenen y expliquen su secuencia.
  • Darles imágenes sin relación y pedirles que hagan una historia con ellas.

Esta estrategia está muy relacionada con la predicción, pero sin necesidad de justificación. Aunque el lector no se lo proponga, mientras lee va haciendo anticipaciones, pueden ser al esperar que la frase termine con alguna palabra, al darle un significado al tema.
Las anticipaciones de los niños serán más precisas mientras más información tengan sobre los conceptos relativos a los temas, al vocabulario y a la estructura del tipo del texto que lee.
Además de las sugerencias que sirven para favorecer la Predicción, también se puede:
  • Hacer una pausa cada que en la lectura aparece un verbo transitivo (llevar, cargar, conseguir) y pedir que ellos la terminen.
  • Enseñarles la imagen siguiente y sugerir que continúen con la historia.
  • Preguntarles qué creen que pasará después.

Las predicciones y anticipaciones que hace un lector, generalmente son acertadas y coinciden con lo que realmente aparece en el texto. Es decir, el lector las confirma al leer. Sin embargo, hay ocasiones en que las predicciones o anticipaciones son incorrectas. Aquí es donde interviene la confirmación y autocorrección.
Las sugerencias para favorecer esta estrategia en los niños a quienes leemos son:
  • Pedirles que hagan predicciones y anticipaciones para después confirmarlas en la lectura.
  • Preguntarles qué diferencias hay entre lo que ellos creían que pasaría y lo que pasó.


Es el hecho de suponer las causas de lo que se ha dicho o leído, basándose en los conocimientos previos que se tienen del mundo. También implica unir o relacionar las ideas que hay entre los párrafos del texto e incluso entre textos. Otra forma de inferir es dar sentido adecuado a palabras y frases que tienen más de un significado o a palabras desconocidas.
Inferir es ser capaz de interpretar lo que está escrito.
Al leer para niños es conveniente que detengamos la lectura para pedirles que nos explique:
  • Las razones de los hechos.
  • Las causas de lo que los personajes sienten.
  • El razonamiento detrás de lo que los personajes deciden.

Consiste en evaluar la comprensión que se va alcanzando durante la lectura, lo que conduce a detenerse y volver a leer o a continuar encontrando las relaciones de ideas necesarias para la creación de significados.
Para favorecer el uso de esta estrategia se pueden realizar actividades, durante y después de la lectura, que nos permitan determinar:
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